Miranda sabía que el señor Freeman tenía la maletita.
Bajó hasta la recepción del edificio y paso a la segunda torre del edificio para
subir hasta el penthouse donde vivía Freeman.
Morgan Freeman era un hombre de edad ya avanzada y su penthouse era una tienda
de pianos.
Tocaba día tras día.
A veces la misma canción.
A veces tocaba todas las canciones que sabía.
Pero Miranda no sabía esto. Y no lo descubriría hoy.
Estando a unos cuantos pisos de llegar al penthouse, se encontró con Freeman
quien tenía unas bolsas en la mano y colgada la maletita de la niña.
Freeman sabía que ella buscaba esa maleta rosa y blanca que había tenido todo el día
y se la entregó sin decir una palabra.
Ella, sin embargo, no notó nada extraño en esto y se regresó corriendo a su casa,
donde su hermano y su tía lo esperaban. Pero de regreso se encontró con una mujer
de la misma edad de su hermano mayor.
Esa chica está enamorada de su hermano.
Y ha venido a visitarlo.
1 comentario:
Me gusto, esta interesante :)
Segui escribiendo!
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